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Calle principal de Campur. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Vegetación seca alrededor de las casas de Campur, en febrero de 2021. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Campur inundada en diciembre de 2020. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Vista aérea de Campur. Fotografía: Carlos Alonzo
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Esteban Ax de pie frente a su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Vista aérea de Campur en diciembre de 2020. Fotografía: Carlos Alonzo.
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“No sabemos qué está pasando bajo la tierra en Campur”. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Rosa del Carmen Morente, dentro de su casa en Las Mercedes I. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Plantas de milpa a lo largo de uno de los meandros del río Chixoy. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Carmen Coy señala la marca del agua en la pared de hormigón de su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Plantas de milpa a uno de los lados del río Chixoy. Fotografía: Carlos Alonzo
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Carmen Coy prepara las tortillas para el almuerzo en la cocina de su casa. Fotografía: Carlos Alonzo
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Rosa Caal, en la entrada de su casa, a la orilla del río Chixoy. Fotografía: Carlos Alonzo
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El río Chixoy, a la altura de Las Mercedes I. Fotografía: Carlos Alonzo.
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A merced del río Chixoy. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Canoas de madera que quedaron en las calles de Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Adela Sacbá y sus dos hijos dentro de lo que queda de su vivienda. Fotografía: Carlos Alonzo
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Varias casas de bloques de hormigón perdieron sus techos de lámina y otras de madera quedaron destruidas. Fotografía: Carlos Alonzo
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Heridas en la piel de un niño de Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Mujeres caminan por la orilla del río Sesajal, con ropa limpia y cántaros de agua. Fotografía: Carlos Alonzo
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Una niña camina por un sendero de lodo en Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Casas de madera destrozadas, a un lado de una poza de agua estancada. Fotografía: Carlos Alonzo
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Algunas de las canoas que construyeron los vecinos de Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Casas destruidas en Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Vegetación seca alrededor del río de Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Zonas inundadas de Sesajal, en febrero de 2021. Fotografía: Carlos Alonzo
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Mujeres lavan su ropa en el río de Sesajal. Fotografía: Carlos Alonzo
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En Sejasal se bebe agua estancada. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Casas en Chepenal, a media hora de Quejá, donde algunas familias se han instalado. Fotografía: Carlos Alonzo
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Jorge, su esposa Sonia y su hija, en la entrada de Chepenal. Fotografía: Carlos Alonzo
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Interior de uno de los muebles en una vivienda de Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo
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Un mueble dentro de una de las casas destruidas de Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo
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Los restos de la tienda de Quejá, a un lado de la carretera. Fotografía: Carlos Alonzo
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Un televisor en el interior de una de las viviendas de Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo.
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El viento llegó a Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un pickup baja por la carretera en la entrada de la aldea Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Deslizamiento en Quejá, San Cristóbal Verapaz. Fotografía: Carlos Alonzo.
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El viento llegó a Quejá. Fotografía: Carlos Alonzo
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Armando frente a una plantación de pasto de sus vecinos. Fotografía: Carlos Alonzo
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Eliel Trigueros cruza el río en una barca. Fotografía: Carlos Alonzo
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Una de las vacas de Armando. Fotografía: Carlos Alonzo
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Pequeñas larvas del gusano cogollero. Fotografía: Carlos Alonzo
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Las vacas de Armando Ayala pastan en uno de los potreros. Fotografía: Carlos Alonzo
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Armando Ayala, en uno de los potreros de El Sauce. Fotografía: Carlos Alonzo
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Ángel, en uno de los potreros de El Sauce. Fotografía: Carlos Alonzo
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Tiempo de vacas flacas en el Sauce. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Julisa y su bebé, en su casa. Fotografía: Carlos Alonzo
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Tomás revisa el cuaderno en el que anota números de teléfono y fechas. Fotografía: Carlos Alonzo
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Julisa, la hija de Tomás, muestra una foto de ella con Edin en el teléfono. Fotografía: Carlos Alonzo
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Entierro del pescador Carlos Maaz que murió por arma de fuego en una manifestación en 2017. Fotografía: AEPDI
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Las redes de Tomás, en su casa. Fotografía: Carlos Alonzo
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Cocina de la casa de Tomás y su familia. Fotografía: Carlos Alonzo
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Tomás Ché en el corral en el que solía tener animales. Fotografía: Carlos Alonzo
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Las tres tempestades del pescador. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Elvira en la entrada de su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un puente sobre el río Motagua. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un hombre limpia un pozo artesanal en Creek Zarco. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Restos de plantaciones que quedaron destrozadas después de las tormentas. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un hombre espera para recibir los víveres que le entregarán. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una habitación en la casa de Elvira. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Elvira, en su caseta. Al fondo, el techo de lámina en el que pasó la madrugada del 4 de noviembre. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Esta vez no lloró Elvira. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Sebol entre el fango. Ropa tendida desde noviembre en la casa de Isela, en Sebol. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una mazorca de maíz después del paso de las tormentas. Al fondo, el pasto crece sobre el lodo. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Los vehículos de varios de los vecinos quedaron inservibles. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Karla, la hija de Delmi, juega en el lodo en la entrada de su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Delmi García, en la entrada de su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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El suegro de Francisco, acostado en una hamaca frente a su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Norma, la esposa de Francisco, en su casa, en marzo de 2021. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Francisco Díaz y su familia frente a su casa en Sebol. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una hija de Antonia que llegó a ayudarle a limpiar su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Las máquinas de coser de una de las vecinas de Sebol quedaron inservibles. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una bicicleta en una casa de Sebol. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Antonia Méndez hace una pausa antes de seguir limpiando su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Sebol entre el fango. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Gaspar Velasco a un lado de la grieta de Palop. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Profundidad de la grieta de PalopFotografía: Carlos Alonzo.
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Magdalena muestra una fotografía de su madre, antes del deslave. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Magdalena Matóm, en Palop. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una grieta en Palop. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una grieta en Palop. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una grieta en Palop. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Edy, de pie a unos metros de su casa, en Laj Chimel. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Pedro Us, en su casa de Laj Chimel. Fotografía: Carlos Alonzo.
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María Vicente camina por uno de los senderos de Laj Chimel. Fotografía: Carlos Alonzo.
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María Vicente, en casa de su sobrino Edy. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Una de las casas de Laj Chimel. Fotografía: Carlos Alonzo.
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El lugar donde sucedió el deslizamiento de tierra, en noviembre de 2020. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Edy, María y sus tres hijos. Fotografía: Carlos Alonzo.
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La carretera de Laj Chimel, llena de barro. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Miedo en las montañas de Laj Chimel. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Vecinos de Cerro Azul caminan por los senderos de la comunidad. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un hombre sostiene una semilla de cardamomo, en Cerro Azul. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Lázaro Quix, en uno de los caminos de Cerro Azul. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Julio Be, de pie frente a su casa. Fotografía: Carlos Alonzo.
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La que fue la casa de Julio Be. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Lázaro Yat se apoya en su secadora de cardamomo. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Lázaro Yat con otros hombres de la comunidad Cerro Azul. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Las aguas cristalinas del río Azul. Fotografía: Carlos Alonzo.
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Un puente sobre el río Azul. Fotografía: Carlos Alonzo.
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