El río Azul tiñó de gris una aldea
Eta y Iota desbordaron un río que ahogó plantaciones de cardamomo en Quiché. Muchos aún no vuelven a casa. Algunos decidieron migrar.
Miedo en las montañas de Laj Chimel
En Laj Chimel aún hay personas que no vuelven a casa. Los que regresan tienen miedo de los temblores. No saben si el lugar es habitable.
Una grieta en Palop
En Palop, una corriente de agua mató a ocho integrantes de una familia y destruyó la vivienda de sus vecinos. Eta dejó una grieta en esta aldea de Quiché.
Sebol entre el fango
Las casas de Sebol, en Morales, siguen llenas de lodo. Algunos de los pobladores apenas empiezan a retomar su vida en la comunidad.
Esta vez no lloró Elvira
Elvira perdió sus cultivos y su negocio. Aún guarda el humor, sigue haciendo trabajo en su comunidad y se ríe de su desgracia compartida.
Las tres tempestades del pescador
Tomás Ché fue acusado en 2017 por defender el lago Izabal. Con las tormentas, el lago creció y lo dejó sin nada. En diciembre asesinaron a su yerno.
Lo que dejaron las tormentas. El hambre, la inseguridad, el abandono
Medio año después, los efectos de Eta y Iota continúan. También sigue el abandono, la inseguridad y la vulnerabilidad de la población.
Tania Guillén: “Es indispensable que los gobiernos se fundamenten en la información climática, las proyecciones y los escenarios para tomar decisiones”
Tania Guillén analiza el impacto de las tormentas Eta y Iota, su relación con el cambio climático y las consecuencias socioeconómicas de los fenómenos.